Sin corazón.
¿Cómo vivirías tu vida sabiendo que tu corazón jamás empezó a latir? Una chica extraña, un padre ausente durante demasiado tiempo, un corazón que no late, un cambio repentino y un amor, que aunque duela en algunos momentos, superará cualquier cosa, porque efectivamente es un amor verdadero. ¿Te atreves a entrar en el mundo de sin corazón?
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miércoles, 31 de julio de 2013
Hello, hello. AVISO.
No me matéis y no me hagáis nada por favor. Lo primero, pediros disculpas por irme sin avisar, pero conseguí que me publicaran Nada es lo que parece ser y tenía la esperanza de que este también viera la luz, de momento eso no ha sido así, por lo tanto seguiré con la historia, y si alguna editorial se interesa por el libro, pues bien, sino podréis disfrutar de las 3 partes de la trilogía. Ahora va, cambio de blog, porque cambié varias cosas en los capítulos, añadí, quité, arreglé... así que subiré cada semana, hasta terminar de subir todos los caps de está parte, y luego empezaré a subir los de la segunda que ya la tengo empezada. aquí esta el link: http://sincorazon-sofiasantana.blogspot.com.es/ Cualquier cosa, un comentario que siempre respondo. Besosss
jueves, 24 de mayo de 2012
Aviso. Vaciones para estudiar.
Holaaa! Sé que me vais a echar de menos (o al menos eso espero xD ), pero estoy de exámenes finales y necesito aprobar, solo tengo 14 años y tengo que ir bien en mis estudios, los cuales están bajando por tener tantas cosas en mente así que lo siento, pero tengo que estudiar. Así que lo dejare todo para concentrarme, no subiré ni esta historia ni la de "Precisamente tú". Volveré el 2 de Julio a este blog y el 3 de Julio al de Precisamente tú, si veo que ya no tengo exámenes o que tengo tiempo para subir, os subiré capítulo, siento las molestias y espero que por favor no me dejéis de leer, esto no lo hago por gusto sino por necesidad. Si alguien quiere que le avise cuando vuelva que me lo diga que yo encantada lo hago. Espero que los que estáis estudiando tengáis buenos resultados y a estos y todos los demás os deseo un buen verano.
Atentamente, la loca psicópata que escribe este blog xD
(una bromita para que esto no sea tan duro para mí,
que os voy a echar de menos)
lunes, 14 de mayo de 2012
Sin corazón. Capítulo 24
Capítulo 24.
Holaa! Está semana si que subo como veis, solo os deseo una buena semana, que os guste el capítulo y que no esteis pasando el terrible calor que estoy pasando yo. Comentad y votar. Bss
Beatriz:
-¿Cómo sabes que no voy a morir? ¿Qué vas a
hacer?-pregunto después de varios minutos de absoluto silencio. Su respuesta me
sorprendió demasiado, ¿quién iba a decir que el asesino de mi madre iba a
intentar salvarme a mí?
-Tengo un plan.-contesta.-No te puedo contar nada, no
quiero que Draco sospeche por algún comportamiento extraño de tu parte, lo
único que puedo hacer de momento es proteger tu mente con un hechizo, lo
tendrás que reforzar todas las noches, pero es mejor que dejar que nos mate a
los dos por saber nuestros planes.
-¿Y ahora qué hacemos?
-De momento, comer, ya luego tendrás que enfrentarte a
Draco.
-Me parece bien.
-¿No tienes miedo?
-¿Por qué debería? Estoy segura de que todavía me quiere
viva, además, no le tengo miedo a la muerte.-lo miro de reojo, él se queda
quieto y me pregunta con los ojos.-Todos vamos a morir algún día.
-Eres sorprendente.
-¿Un bicho raro?-sonrío amargamente al recordar esas
palabras y como sufrí cuando salieron de la boca de la persona a la que más
quiero.
-No, no creo que seas un bicho raro, solo diferente, pero
me alegro, lo normal está sobrevalorado.-suelto una carcajada y pongo los ojos
en blanco.- ¡Cuidado! No vayan a pensar lo que no deben.
-Lo siento...-bajamos las escaleras, él detrás de mí con
una pose autoritaria, adaptándose de nuevo a su papel, volviendo a ser el chico
duro que todos conocen.
Al entrar en el comedor, me encuentro con demasiados ojos
mirándome. Algunos me observan con odio, otros con indiferencia y otros con
emoción. Me siento una presa asechada por cientos de leones hambrientos. Me
dejo arrastrar por Damon hasta una mesa y me siento al lado de alguien que no
conozco de nada, tiene los ojos como la noche, los cuales están clavados en mí,
su pose es altanera y realmente me saca de quicio.
-Alice, vigílala.
-Hazlo tú, para algo te la encomendaron.
-¡Alice! Si te digo algo me obedeces, ¿lo entiendes?
-¿Quién demonios te crees que eres? No eres nada, solo
una rata de alcantarilla.-Damon agarra fuertemente el brazo de la chica y la
estampa contra la pared, acercando muchísimo su cara a la de ella. Un
sentimiento extraño se apodera de mí, haciendo que me levante de la silla,
cuando me doy cuenta de la intención que tiene mi cuerpo me obligo a mi misma
asentarme de nuevo en el banco de madera. Quiero separarlos, la razón, ni puta
idea.
-Alice, cariño, ¿de verdad quieres jugar a esto?-rozan su
labios ligeramente, acto intencionado por parte de Damon. Todos en la sala
miran la escena, pero noto que no hay sorpresa en sus expresiones, solo esperan
que pase algo emocionante para divertirse un rato.
-Aparta tu sucias manos de mí, sé que me tienes ganas,
pero...-ella pasa la lengua por la lóbulo de la oreja de Damon y éste último
suelta una carcajada.-No me excitas, no eres mi tipo chico malo, ahora si no te
importa, dejé mi comida a medio.-antes de que ella consiga alejarse, Damon la
vuelve a agarrar y la atrae hacia sí, aprisionando su cuello.
-No estoy para juegos, vigílala.
-¿Y si no qué?
-¿Sientes como mi mano va adquiriendo fuerza?
-¡Damon suéltame, me estoy quedando sin aire!
-Tick, tack, pequeña, el tiempo pasa.
-¡DE ACUERDO! La vigilo...-Damon me mira con una sonrisa
victoriosa, la suelta y sin que nadie se dé cuenta, me giña un ojo. Desaparece
detrás de una puerta, dejándome a la antipática al lado.- ¿Prepara para tú
funeral?
-¿Preparada para quedarte calva?-le pregunto poniendo
cara de niña buena.
-¿Te crees mucho, no? Si tienes ovarios levántate y
pelea.
-Y eso que yo pensaba que era vulgar...
-¿Qué has dicho?
-Nada, algo que tú mente privilegiada no puede entender.
-¿Intentas decirme algo?-alza una ceja y pienso que la
tía de hace un rato, ha desaparecido ya que sus respuestas no son muy
inteligentes.
-No solo eres puta sino que...-no puedo terminar la frase
ya que algo se estampa contra mi mejilla izquierda. Miro a la tal Alice con
furia y no sé cómo pero su ropa se incendia, haciendo que se queme algunas
zonas de su cuerpo y que su ropa caiga al suelo carbonizada. Miro como su ropa
interior empieza a quemarse igual que su pelo y decido que es hora de
dejarlo.-Espera que te ayudo un poco.-le digo, haciendo aparecer un circulo
azul en el aire de donde cae una buena cantidad de agua. Realmente no sé como
lo he hecho, solo lo he deseado y ¡PUFF! Ha aparecido. Algunas personas se
levantan para ayudarla, pero la gran mayoría suelta una carcajada. Me da pena,
o mm... No, la verdad es que no.
-¿Qué pasa aquí?-una voz profunda hace que se me pongan
los pelos de punta durante unos segundos, luego me giro lentamente y veo a
Draco con sus ojos inexpresivos en el marco de la puerta.-¿Qué te ha pasado,
Alice? ¿Otra pelea? Estás muy sexy.-todos sonríen y él se acerca con paso
seguro a ella, le levanta el mentón y ella con un manotazo le aparta la mano y
sale corriendo de allí.-Tú.-me señala y luego sonríe.-Que pena que seas su
hija, si no lo fueras, hubiera sacado un buen partido de ti.-se acerca
despacio, evaluándome, luego empieza a dar vueltas a mi alrededor y se para
justo en frente de mí, clavando sus ojos en los míos.
-En ese caso...-le devuelvo la sonrisa y me acerco a él
como si le fuera a decir un secreto.-Me alegro de ser la hija de mi padre.-le
giño un ojo y él suelta una carcajada.
-Me plantas cara, desde luego, cada vez me gustas más
pequeña, es raro que alguien me ataque tan de frente.-me agarra de la cintura y
me acerca a él.-Y te aseguro que como sigas haciendo estas cosas no te va a
gustar lo que te voy a hacer.-me aparto de él con un escalofrío. Es
asqueroso.-Ahora ven conmigo.
Darío:
Tengo el arma más mortal para los de nuestra
especie en mis manos. La miro con respeto y miedo, sé que sin pronunciar las
palabras es inofensiva pero no deja de ser lo que es.
-¡Quieta!-mi voz sale exactamente como quiero,
fuerte, ni baja ni alta, dejando ver el claro mensaje en ella: una orden.
-Quien me faltaba…-se para y me mira con recelo y
odio.-Yo me voy yendo.
-No tan rápido.-ella no se detiene y sigue
corriendo.-Úrsula, tráela.-esta asiente y utiliza un conjuro para aparecer al
lado de ella. Vuelve a hacer lo mismo para dejarla a mi lado lo antes
posible.-No te puedo dejar ir así.-le sonríe y su piel se eriza.-Agárrala.-me
obedece, pongo la esfera en uno de mis bolsillos y pongo mis manos en la sien
de Kate, murmurando unas palabras en latín. Kate cae inconsciente en el suelo y
yo me giro para marcharme.
-¿Qué le has hecho? ¿Qué es esa bola?
-Le he borrado la memoria, no quiero que sepa
que es esto y menos que Draco sepa que yo tengo la verdadera.
-¿Es lo que creo que es?
- ¿El "Morte ad eos
cor"?
-Realmente
existe.
-Sí
y es demasiado peligrosa, no solo para mí sino para todos, podría acarrear
graves consecuencias.
-¿A
qué te refieres señor?
-¿Has
estudiado? ¿Quiénes mantienen el equilibrio de la magia?
-Eso
lo sé pero no lo entiendo.
-Solo
te puedo decir que pase lo que pase, solo va a quedar viva Beatriz.
-¿Y
usted señor?
-Mi
vida está unida a la de Draco, si él muere, yo también.-suspiro al recordar el
estúpido conjuro que hice hace demasiado tiempo para que no mataran a mi
hermano. Si el muere a manos de otro que no sea yo, moriremos los dos.
domingo, 13 de mayo de 2012
Precisamente tú. AVISO.
Holaa a tod@s como a la primera parte de Sin corazón le queda poco, pues he decidido empezar otra historia. Precisamente tú, una obra sobre dos personas que están harta de sus vidas y que por el capricho de una de ellas se juntan. Leslie es una chica de 14 años que nunca a tenido demasiados amigos y todos los demás o incluso esos pocos, se han metido con ella, haciendo que en muchos momentos de su vida haya preferido morir a seguir con todo lo que tiene al rededor. Borja es un chico huérfano que ha pasado por muchísimas cosas y se siente un incomprendido, piensa que todos son felices y que él es único ser que sufre y quiere desaparecer.
Por unas simples palabras sus destinos se unen haciendo que ya no estén solos. ¿Llegará la felicidad al corazón de ambos? ¿Por una vez sentirán ese sentimiento de paz que sus corazones anhelan? Descubre como sigue esta historia en: http://precisamentetu-sofiasantana.blogspot.com.es/
Os espero. Bss
Por unas simples palabras sus destinos se unen haciendo que ya no estén solos. ¿Llegará la felicidad al corazón de ambos? ¿Por una vez sentirán ese sentimiento de paz que sus corazones anhelan? Descubre como sigue esta historia en: http://precisamentetu-sofiasantana.blogspot.com.es/
Os espero. Bss
lunes, 7 de mayo de 2012
Sin corazón. Capítulo 23.
Capítulo 23.
Siento muchisisimo no haber subido cap la semana pasada, estoy muy rara últimamente, tengo problemas personales y encima los estudios no ayudan, demasiados exámenes y poco tiempo, espero que no me lo tengáis muy encuenta. Y por cierto, si queréis que siga con la historia, porque estoy pensando en dejar de escribir para siempre por problemas emocionales, dejad un comentario con la calificación que le daríais a la historia (del 1 al 10) Gracias. Bss
Daniel:
Entro en la biblioteca con la bola en la mano y
con los sentidos alerta, sé que hoy nadie va a reparar en mí ya que cada uno de
ellos tiene una tarea asignada, pero aun así, no deja de preocuparme que algún
infiltrado pueda ver la bola.
Después de haber traspasado la puerta me relajo,
no hay nadie aquí, o al menos alguien que pueda delatar la posición de la bola…
Espera, ¿ese es el poder de Arthur? Imposible, es muy poco, casi está extinto.
“A no ser que él esté en peligro” alguna parte de mí me advierte de esto y
salgo disparado. No me detengo a pensar más, solo corro con todas mis fuerzas
hacia la biblioteca secreta y veo que la estantería que debería de estar
cerrada, está abierta de par en par. Dejo la bola en un lugar seguro y me
adentro en la estancia, encontrándome a una Kate enfurecida con las manos en el
cuello de su hermano, oprimiendo el aire que debería de estar entrando en el
interior del cuerpo de mi amigo.
Kate está tan inmersa en sus pensamientos que no
se ha dado cuenta de mi presencia, solo suelta cosas sin sentido mientras
zarandea el cuerpo inerte que tiene delante. Me quedo parado sin saber qué
hacer, veo a Arthur tan pálido.
-¡KATHERINE!-mi
voz sale como una orden, haciendo que incluso yo me estremezca. Ella se gira
lentamente, posando sus ojos en los míos. No veo arrepentimiento, solo celos,
ira, dolor y miedo, y lo único que tengo claro es que ese dolor no es el que
sientes cuando le haces daño a un ser querido, si no el dolor que sientes
cuando estas apartado, el dolor de haberte perdido a ti mismo. Kate siente
dolor por ser la segundona, la persona de la que todos podemos prescindir en
cualquier momento, se siente inútil y humillada. Ella siente el dolor por no
ser nada.-Aléjate de él.-le digo apartándola, intenta pegarme, pero algo dentro
de su ser se activa y se separa sin hacer nada, sentándose en una esquina con
las piernas encogidas.
-Lo
siento.-dice sin mirarme, escondiendo el rostro entre las piernas y haciendo
con ese gesto que yo me dé cuenta de que miente, que no quiere clavar sus ojos
en los mío porque sabe que si lo hace yo me daré cuenta de la verdad. Ella es
un monstruo que ha dejado la humanidad atrás, no tiene conciencia, solo se deja
llevar por sus malos sentimientos.-Yo no quería…
-Sí,
sí que querías, Kate.-le contesto cogiendo aire para no hacerle lo que
realmente se merece que le haga.- ¿Qué te ha hecho? ¡ES TÚ HERMANO, JODER!
¿Cómo le vas a hacer esto?-me paro, volviendo a coger aire y acercándome a él
para poder poner mis manos encima del pecho para que el oxigeno que tanto le
cuesta a su cuerpo recurar, fluya con total normalidad. Cuando su pulso está
estable, me acerco a las marcas moradas de su cuello para hacerlas desaparecer
con magia.-Siempre te ha ayudado.
Con
ese comentario ella se levanta de un brinco acercándose a mí como una fiera,
extendiendo sus manos para darle alcance a mi cuello, teniendo las mismas
intenciones que tuvo antes con su hermano. Y yo con solo un movimiento de mis
manos hago que se quede quieta en el suelo, como si la hubiera atado.
-¡Él
nunca me ha ayudado! Solo ha estado conmigo para que los demás vieran “lo bueno
que es en todo”.-lágrimas de rabia salen de sus ojos, haciendo que yo sienta
pena de ella, realmente es estúpida. ¿Cómo puede pensar eso de Arthur, si él
vive para ella?-Seguro que piensas que estoy loca, que él es un santo, pero
nadie lo es, todos tenemos maldad en nuestro interior, unos la muestran y otros
la camuflan, mi hermano solo mira por su propio bien. ¡Incluso la santita de
Miriam tiene maldad! Solo piensa en su propio bien con Stephan.
-¡Basta
ya, Katherine, no hables así de tus compañeros! Que tu estés llena de odio y
maldad no significa que los demás sí.-me siento en el piso, mirando
directamente a sus ojos color ámbar.-Todos tenemos algo malo en nuestro
interior, eso es innegable, pero no es
como tú piensas.-ella se mueve inquita, intenta deshacer el hechizo, pero eso
para su poder es una tarea imposible.-Nosotros podemos elegir entre seguir el
mal camino o no dejarnos llevar. No todos somos malos, ¿quién demonios te metió
esa absurda idea en la cabeza?
-La
única persona que me entiende.-su respuesta me deja de piedra, no puede ser,
¿es ella una de las infiltradas? ¿Una traidora? ¿Qué paso con la niña dulce y
simpática que conocí?
-Dime
que solo estas intentando fastidiarme… Te lo ruego.
-Definitivamente
sois todos unos ingenuos, ignoran a quienes realmente deberían de vigilar y
vigilan a los inocentes.
-¿Cuándo
cambiaste, pequeña princesita?
-No
me vuelvas a llamar así, Daniel, ya no soy esa niña, nunca más.
-No
lo entiendo.
-Hace
tiempo que deje a todos atrás, no quiero ser solo su hermana.-dice señalando a
Arthur.-Con Draco soy Kate, una de sus manos imprescindibles.-al escuchar esas
palabras algo parecido al fuego se instala en mi interior, no se merece a
Arthur, no se merece a Luna, no se merece nada bueno de lo que le ha pasado,
solo es una traidora que nos odia a todos y cada uno de nosotros. Contengo mis
ganas de matarla con mis propias manos, las ganas de empotrarla contra la pared
y darle puñetazos hasta que se arrepienta de sus palabras o al menos hasta que
muera. Ella es una de ellos, nunca más será la niña pequeña que se acercó a mí
de la mano de su hermano para darme la bienvenida a mi nuevo hogar. Ella no
será jamás la niña inocente y buena. Sabía que se había vuelto dura, pero pensé
que eso tendría remedio, ahora me doy cuenta de que hace tiempo de que NUESTRA
Kate, se fue.
-Lárgate
de aquí.-digo soltándola y levantándola para empujarla lejos de la vista de su
hermano.-Nos has defraudado a todos, pero más, a Arthur cuando se entere.
Úrsula:
Salgo de la cocina de la cafetería con una
manzana y una toalla al cuello. Llevamos así, sin parar de entrenar desde que
Beatriz fue secuestrada, no lo aguanto, ahora está es mi monotonía, me paso las
horas entrenando a los demás y entrenándome a mí misma, es desquiciante. Sé que
pronto va a comenzar una guerra y que tenemos que estar preparados, pero esto
en vez de parecer una academia de magia, parece un campo de entrenamiento
militar. En una mitad del campo se practica el combate cuerpo a cuerpo, y en la
otra parte combates con magia, y la verdad, personas como yo, de complexión
débil, tenemos que hacer tanto esfuerzo en esos combates de resistencia
física, que quedamos muertos y solo te
dejan dormir 5 horas diarias, pronto tendré un colapso.
Los combates con magia, por el contrario son
simplemente increíbles, tanto cuando los observas como cuando los haces. La
habilidad del otro contrincante, aunque sea más débil, hace que estés con los
cincos sentidos alerta, haciendo que una excitación te recorra todo el cuerpo.
El colorido que hay a nuestro alrededor, mezclándose con el brillo que producen
nuestros ojos al tener un contacto tan directo con la magia, hace que todo
parezca irreal. Adoro la magia, eso está claro.
“Úrsula,
va a empezar el entrenamiento con los de clase de emergencias, ven rápido antes
de que Luna se dé cuenta.” Roxana me
manda un mensaje, avisándome de que la clase va a dar comienzo. Los de clase de
emergencias son otros de los más poderosos, antes de que la gente se separara,
antes de haber esa rivalidad entre Draco y Darío, habían dos clases A, o
sea cuarenta alumnos con un poder increíble,
pero muchos de ellos se pasaron al lado contrario, dejando muchas vacantes.
Ajuntaron a los mejores y vieron que solo quedaron veintiséis de esos alumnos y
tuvieron que hacer una clase de esos seis para no bajar el poder de estos.
Realmente los respeto por el simple hecho de no haber protestado por haberlos
apartado de los demás. Se sientan en las mismas mesas que nosotros, pero ya no podemos
hacer peleas conjuntas con ellos ya que son demasiado pocos.
Pensando en algunos de ellos, abro la puerta, encontrándome
con una Kate furiosa y asustada, entonces, cuando voy a seguir mi camino, la alarma
de un intruso suena por toda la academia, haciendo que me gire como un rayo para
seguir mis instintos. Es raro que alguien se eché a correr y que justo en ese momento
empiece a sonar la alarma, ¿no creéis? Me hago paso por entre las ramas, camuflando
el sonido de mis pisadas y utilizando un fuerte conjuro de tele transporte. Aparezco
justo delante de ella, agarrando su brazo y tirándola al suelo. Una bola de cristal
se cae de sus manos y empieza a girar por el pequeño espacio que tenemos a nuestro
alrededor.
-¡¿Qué demonios haces, Kate?!
-A ti no te importa, estúpida barbie estrafalaria.-su
comentario no tiene ningún efecto sobre mí, ella simplemente me trae sin cuidado.
-¿Qué es esto?-pregunto cogiendo la bola en la mano
y dándole vueltas.-¿A dónde te la llevas?
-No sé lo que es, pero sí que a cierta persona le
importará.
-¿De qué hablas?
-De nada, ya te darás cuenta.-me arrebata la bola
de las manos, pero en ese momento aparece alguien desde los arbustos arrebatándole
la esfera.
lunes, 23 de abril de 2012
Sin corazón. Capítulo 22.
Capítulo 22.
Beatriz:
Sus palabras resuenan
en mi cabeza, su precedencia me aterra, solo quiero salir de aquí. ¿Quién
demonios me mando a enfadarlo? Mi orgullo, supongo. Mira que a veces es
inoportuno. Mi cuerpo tiembla y ni las manos ni las piernas me responden. No
puedo hacer nada, solo esperar mi fin.
Un gemido sale de mi
boca, tengo miedo, mucho miedo, Damon sonríe, haciendo que un escalofrío
recorra mi espalda. De un parpadeo se posiciona encima de mí y me hace gritar
por el susto, pero me tapa la boca con la mano.
-No
grites.-susurra.-Y escúchame.-coloca sus piernas a mis costados y se concentra
en algo que no consigo descifrar, su mente está protegida por un fuerte
hechizo, el cual no puedo derribar. Después de estar varios segundo mirando la
nada se acerca a mi oído lentamente.-Te juro que no te voy a hacer nada, solo
te pido algo, delante de la gente respétame o al menos no me contestes. No
quiero hacerte daño, solo estoy aquí porque quiero proteger a mi hermano.-esas
palabras me confunden, no entiendo nada y aunque en cualquier otro momento
hubiera dudado de él, ahora no lo hago, sus palabras, por primera vez están
llenas de amor y cariño. Del Damon que conocí no hay absolutamente nada.-Lo
siento, de verdad, por todo.- lo quito de encima de mí y me pongo a dar vueltas
por la habitación.
-¿No dijiste en el
coche que no volverías a decir esas palabras?
-Sí, pero es que
estaba nervioso, fue la primera vez que dije esas palabras en mi vida, aunque
me voy a tener que acostumbrar, le tengo que pedir perdón a muchas personas.
-No entiendo nada.
-Beatriz, yo no
quería matar a tu madre, yo no quería secuestrarte, yo no quería hacer nada de
lo que estoy haciendo.-se para y me mira a los ojos, la tristeza en estos es
perceptible.-Cuando era pequeño me tuve que ir con Draco para salvar a mi
hermano, por eso creo que Daniel tiene cierta debilidad conmigo, porque gracias
a mi está vivo.-se para, levantándose de la cama y acercándose a la puerta, se
concentra durante unos segundos y crea una capa insonora para que nadie pueda
escuchar nuestra conversación, solo yo, que estoy dentro de esta burbuja, la
puedo sentir.-Tenía 8 años cuando Draco apareció en mi casa con Goliat, el tipo
que nos intercepto en la carretera.-aclaro, ya que yo no tenía ni idea de quién
era Goliat.- Vinieron en busca un arma, el "Morte ad eos cor"-con mi
poco conocimiento del latín, pude entender esas palabras: "Muerte al Sin
corazón".-Es la único arma capaz de mataros, hace que vuestro corazón
vuelva a latir, haciendo que la tan potente magia que poseéis, os consuma.-me
mira.-Yo le entregué una falsa, aunque eso no lo supe hasta el otro día, cuando
observaba a mi hermano desde una ventana y vi la verdadera bola.-sus ojos
estaban ausentes, con un brillo extraño.-Yo solo le di un mensaje en clave a mi
hermano, el cual al pasarlo a su mente se traducía, yo no sabía nada,
seguramente mi madre lo tenía todo planeado, yo sabía el conjuro letal y sería
yo quien acabará en manos de Draco.-se sienta en el piso y cruza las
piernas.-Draco solo me llevo para sacarme "las palabras mágicas" y
después de eso tenía intención de aniquilarme, pero algo en mí, supongo que mi
supuesta maldad, lo hizo cambiar de parecer.-traga saliva al recordar algo.-Me
torturo durante años para que me olvidará de mi hermano, para que lo odiara,
incluso llegó a utilizar un conjuro que me convierte en un títere, utilizando
un antiguo hechizo, el “iustitia
peccatorum”, pero ni eso consiguió que me olvidará de mi hermano, el
recuerdo de él nunca se esfumó, es mi hermano, joder, nunca lo olvidaría, pero
Draco no lo entiende, lo único que tiene dentro de él es maldad.-me mira y ve
que mis ojos están abiertos como platos.-Después de muchos años sin que se
enterara de lo que hay en mi corazón, me pillo observando a mi hermano con una
sonrisa tierna en la cara, ¿cómo no sonreír cuando mi hermano se había
enamorado?-se ríe.-El problema es que se enfadó muchísimo y reforzó ese
estúpido hechizo, funciono durante un tiempo, hasta que encontré un sentimiento
más fuerte que él de obedecer a mi “Amo”, ya no solo es por el amor a mi
hermano, sino por el amor a otra persona.
-¡¿Ya no eres
malo?!-grito, de todo el repertorio que me ha echado con lo único que me he
quedado es con eso y con lo del conjuro. Él niega con la cabeza, suelto un suspiro
de alivio.-¿No me vas a hacer daño?-vuelve a negar con una sonrisa divertida
que se le acaba de aparecer en el rostro.
-Pero te pido que no
me desafíes sino me harán torturarte delante de todo el mundo y eso no lo podré
arreglar.-yo asiento y me pongo enfrente de él, mirándole directamente a los
ojos y el me aguanta la mirada. Seguramente esto hace unas semanas no lo podría
haber hecho ni de broma. Me hubiera sentido expuesta. Desnuda. Ya no me siento
así, ya sé que es algo normal.
-Lo intentaré.-sonrío
sinceramente y le doy un abrazo, no es propio de mi, para nada, pero me
tranquilaza saber que no voy a sufrir antes de morir.
-¿Y esto por qué?
-Por ser bueno.-me
separo y me vuelvo a sentar, mirando a la ventana.-Al menos así no voy a sufrir
tanto antes de mi muerte.
-No vas a morir, jamás
lo voy a permitir.-desvío la mirada de la ventana, me resulta raro su
comportamiento, normalmente es arisco, malvado, supongo que después de mucho
tiempo está mostrándose tal y como realmente es.
Arthur:
Oigo
que la puerta se abre, pero sigo a lo mío, en estos momentos no me importa la
gente de mí alrededor, solo me importa ella. Busco por entre los libros lo que
necesito, ya que no sé dónde buscar. Cuando era pequeño me leí todo y cada uno
de los libros de magia que hay en esta especie de cueva, y la verdad, no
recuerdo haber encontrado en ninguno de ellos lo que necesitamos para vencer a
Draco.
-¿Buscas
algo?-me giro encontrándome con mis ojos. Mi corazón bombea sangre a gran
velocidad y creo que se me va a salir del pecho.
-¿Qué
haces aquí?
-Te he
estado siguiendo.
-No
deberías de hacer eso.-digo desesperado, ella no debería de estar aquí, esto es
un secreto.- Katherine.-suspiro, estoy en shock no sé qué hacer, me cuesta
verla ahí. Me dejo caer hasta el piso, es agobiante tener que ocultarle algo a
tu propia hermana.-No has respondido a mi pregunta: ¿Qué haces aquí?
-Investigar,
todos me ocultan cosas y no es justo.-hace un puchero, haciendo que me
enternezca.- ¿Qué hacéis aquí? ¿Qué son todos estos libros?
-No
es nada, sal de aquí antes de que alguien te vea y tengas problemas.
-No
quiero.-danza por la habitación como una niña pequeña y coge un libro, luego me
mira con una sonrisa maliciosa.-Magia negra.-me acerco a ella rápidamente y le
arrebato el libro.- ¿No quieres compartir?
-Esto
no es mío, Kate.
-Pero
tienes acceso a ello, siempre te han tratado mejor a ti que a mí.-se para y
pasa por detrás de mí.-Confían en ti.
-Me
lo he ganado.
-¿Por
qué?
-Por
mi lealtad, nunca los he defraudado.
-Yo
tampoco.
-Te
saltas algunas reglas.
-Soy
libre, no me pueden mandar.-me giro mirando a sus ojos y me sonríe.
-No me
mires así.
-¿Cómo?
-Como
si quisieras hacerme algo.-ella suelta una carcajada y un escalofrió me recorre,
por primera vez en mi vida veo lo que los demás ven en ella. Maldad.
No veo
sus intenciones hasta que de un solo movimiento me tiene inmóvil en el suelo con
una mano aprisionando mi garganta.
-¿Y si
eso es lo que quiero hermanito?
-Kate,
suéltame.-sus ojos me miran con odio.
-Jamás,
por fin puedo matarte sin que nadie se entere.
-¿Qué
demonios te pasa? ¿Qué haces?
-¡TE
ODIO! SIEMPRE ERES TÚ, TÚ Y TÚ.-utiliza más fuerza entorno a mi cuello y noto como
me voy quedando sin aire.-ERES ODIOSO, SOLO QUIERO LIBRARME DE TI, MATARTE CON MIS
PROPIAS MANOS.
-Ka-ka-te…
-SUPLICA,
SUPLICA POR TU VIDA.
-No puedo…-me
ahogo y siento que voy a morir ahí mismo, mi pulmones arden, reclaman oxigeno.
-¿NO
PIENSAS SUPLICAR?-no le contesto, no puedo, me estoy muriendo lenta y dolorosamente,
que acabe ya. Simplemente no puedo aguantar el dolo que me produce ver a mi hermana
asfixiándome con sus propias manos.-No dices nada…-intento apartar sus mano, pero
me resulta imposible, está usando magia y en estos momentos no tengo fuerza para
detenerla.-MUERE.-esas palabras son las últimas que oigo ya que pierdo el conocimiento
lunes, 16 de abril de 2012
Sin corazón. Capítulo 21.
Capítulo 21.
Aquí el capítulo de la semana, espero que os guste :D poned play cuando empiece el recuerdo de Daniel, no sé si la canción dice exactamente lo que quiero, pero dice que lo que no te mata te hace fuerte y yo creo que va bien con lo que a él le pasó.
Bss
Uriel:
Llevo rato buscándola, pero supongo que está demasiado cabreada. Sé cuánto le duele que le hagamos esas cosas a los demás, pero es nuestro trabajo, lo que hemos elegido. O al menos lo que he elegido yo. Soy egoísta con ella y no la dejo ir al lugar donde realmente pertenece, pero no puedo apartarla de mí. Ella es mi todo, la persona que me hace sentir completo y no podría vivir sin que ella estuviera a mi lado.
Una opción es irme con ella, pero si lo hiciera, Draco la torturaría y la mataría delante de mí y después acabaría con mi vida. Y eso, no lo puedo permitir, a ella no le puede pasar nada, tengo que protegerla por encima de todo.
-No te enfades.-digo cuando la encuentro. Está en su lugar favorito. En una casita de madera que hizo una vez, cuando éramos pequeños, mi padre en una árbol. Cada vez que quiere pensar o estar lejos de las personas viene aquí, donde yo le di nuestro primer beso, declarando de este modo mis sentimientos hacia ella.
-Vete, quiero estar sola.-ni siquiera levanta la cabeza cuando subo por los trozos de madera que están pegados al árbol, los cuales sirven como escaleras. Ella está en la esquina más apartada del lugar, abrazándose las piernas y llorando.
Miro a mi alrededor, hace varios años que no paso por ese lugar, ni ella, ni yo. Todo está lleno de telarañas y polvo. Las paredes de madera están desgastadas, llenas de agujeros, la pintura blanca se cae a pedazos, dejando a la vista el verdadero color de la madera. No hay nada ahí, solo un gran baúl donde guardamos, fotos, juguetes y recuerdos.
Me acerco a ella con paso vacilante, sé que su humor no es bueno y por esa misma razón quiero mantenerla en mis brazos mientras las lágrimas de odio, frustración, impotencia y dolor caen.
-No me voy.
-Pues me voy yo.-dice sorbiendo la nariz y levantándose, dándose un fuerte golpe en la cabeza al hacer este acto porque seguramente se ha olvidado de que ha crecido desde la última vez que estuvo ahí.
-No te vayas… Quédate, quiero hablar contigo.-me acerco a ella, acurrucándola en mis brazos y masajeándole la zona dañada.-Realmente eres tonta.- digo con tono cariñoso, ella se aparta y me mira a los ojos, los cuales están llenos de lágrimas.
-Y tú gilipollas…-contesta ella a mi insulto con una sonrisa.
-Sofía, lo siento, yo no quería hacerle daño, pero es mi trabajo, no puedo hacer nada.-le digo en un susurro después de un rato, ella me mira perpleja y se aleja de un empujón.
-¡No! Siempre es lo mismo Uriel, siempre dices, es mi trabajo, es mi trabajo, ¿pero sabes que? Te quiero con todo mí ser, pero estoy harta de todo esto. Yo no soy mala, no quiero ver sufrir a gente inocente y Beatriz lo es. Me voy.
-¿Qué dices? ¿A dónde te vas?
-De momento a ninguna parte, primero tengo que ayudar a alguien.
-Sofía no te vayas, si te vas no te voy a poder cuidar de Draco.
-¡TODAVÍA NO ME VOY!-grita ella.-Pero me iré, primero salvaré a Beatriz.
-Va a notar tu jugada.
-Si realmente respeta las mentes como dice, no lo notará.
-¿Y si se lo digo yo?-pregunto desesperado. Ella se enfada y me da la espalda, intentando tranquilizarse. Sé que lo que he dicho está mal, pero no dejar que se vaya, no puedo dejar que se vaya.
-Uriel.-dice con tono frío, haciendo que un escalofrío me recorra todo el cuerpo.- ¿Qué pretendes? ¿No dices siempre que me quieres y qué harías cualquier cosa por mí?
-Claro que haría cualquier cosa por ti, sabes que nunca miento, pero eso no puede pasar, es algo superior a mí.-se sienta en el piso, en la misma posición en que me la encontré.
-¿Sabes? Nunca he sentido que este sea mi sitio.-se para, secándose las lágrimas de los ojos.-Si, mi familia y tú estáis aquí, pero yo quiero estar en otro lugar. Nunca me había planteado irme, pero cuando la vi a ella, supe que esto no está bien. Sus ojos me mostraban una gran tristeza y me sentí tan culpable que solo quise abrazarla.-vuelve a pararse, se nota agobiada y sé que esas palabras le duelen.-Si quieres mi felicidad déjame salvarla, ayúdame. Por favor, Uriel, necesito…
-Deja de suplicar.-mi voz sale como ácido. Mi tono hace que se estremezca ya que nunca lo utilizo con ella, si no con mis adversarios.-No te voy a delatar, pero tampoco te voy a cuidar, a partir de ahora no eres nada para mi, más que mi enemiga.-me giro y noto que una lágrima me baja por la mejilla, sintiendo que en ese mismo momento mi corazón se está partiendo en mil pedazos. Ya no seré más el Uriel que era con ella, esa parte de mi se va con ella, a partir de ahora soy un monstruo de combate, alguien sin sentimientos.-Y que te quede claro que no te delato por los momentos que he pasado contigo, pero como te pongas en mi camino te mataré sin contemplaciones.-los sollozos se paran por un momento y luego vuelven con más ferocidad.-Siempre seré tuyo.-digo en un susurro, ya que si me tuviera que enfrentar a ella la dejaría ganar, jamás le haría daño.-Te quiero.
Daniel:
Vuelo hasta mi habitación, donde está el arma, lo que hará que Draco desaparezca de una vez por todas, entro en la estancia, cerrando la puerta tras de mí y voy en busca del objeto que nos hará vivir en paz a todos. De mi mesilla de noche, saco un trapo de terciopelo rojo que protege algo redondo y pesado. Dejo con cuidado lo que tengo en las manos encima de la cama y cojo dos de las esquinas para descubrir lo que hay dentro. La bola de cristal brilla con la poca luz que entra por la ventana, haciendo que en la pared se reflejen los colores del arcoíris. Es sencilla pero preciosa y al verla puedo recordar el día en que mi madre me la entrego.
“Era de noche y estaba en mi cama, con Damon al lado, este me tenía entre sus brazos ya que los truenos que sonaban fuera hacían que temblara con mucha intensidad.
-Ya paso, hermanito, solo son truenos.
-Lo sé, pero siento que algo malo va a pasar.-miro a los ojos de mi hermano mayor que me mira con ternura.-Los truenos son malos y traen el mal.
-¿De dónde sacaste eso?
-Solo escucha su ruido.-me paré justo en el momento en el que un rayo, seguido de un trueno aparecieron por la ventana.-Ese sonido no puede ser de nada bueno.
-Déjalo ya, solo son cosas de la naturaleza, no le tengas miedo.-suspiré intentando calmarme.-Además si pasará algo, yo siempre te protegería, eres mi hermanito.-su tono era cálido y sincero y eso hizo que me tranquilizará.
-Eso es verdad, tú me quieres y siempre me protegerás.-digo en un susurró ininteligible.
-Claro, Daniel, siempre, ahora duerme.-dijo muy tranquilo, pero justo cuando iba a caer en los brazos de Morfeo, un grito nos levanto a los dos de la cama de un salto, mi madre abrió la puerta con desesperación.
-¡Llévate a tu hermano de aquí ya!
-¿Qué pasa mamá?
-Draco.-con ese nombre mi hermano se levanta de un salto, llevándome a mí con él.-Llevaos esto y cuidarlo con vuestra vida.-Damon lo meció en sus manos y salió corriendo al pasillo, pero cuando estuvimos fuera, una imagen devastadora hizo que gritará con todas mis fuerzas. Mi madre salió de la nada poniendo una barrera entre Draco y nosotros.-No los tocarás, primero me tendrás que matar.
-No habría necesidad de esto si nos dieras lo que venimos a buscar.-un hombre alto, sin pelo, con los ojos sin vida y con unas ojeras rojas nos mira con odio.
-¡JAMÁS!
-Como quieras. Goliat, puedes seguir.-de detrás de ese ser, un niño no mucho mayor de lo que yo era salió y de un solo movimiento, hizo que los ojos de mi madre salieran, dejando el un hueco por el cual salía sangre a borbotones.-Ahora niños denme lo que tenéis ahí.-Damon se acercó, entregándole el objeto con el que nuestra madre con tanto ahínco había cuidado.- ¿Sabes cómo se utiliza pequeño?-Damon asintió y en horrible ser sonrió.-Pues nos lo tendrás que contar…-mira a Goliat.-Y luego te podrás divertir con él.-El chico de pelo casi blanco sonríe y me mira.
-¿Y él?
-¡A él déjenlo!
-De acuerdo, si te portas bien, no vendremos a por él.-Damon me miró por última vez con dolor y furia dentro de su ser.
“Mira debajo de la cama.”
Después de escuchar las palabras de mi hermano por última vez y haber sentido bien lejos la presencia de ellos, me agache debajo de la cama, encontrándome con una bola de crista con una inscripción en la parte baja:
Morte ad eos cor
Después de eso, me pase horas abrazado a la bola hasta que alguien apareció por la puerta.”
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